Planta leñosa legendaria de Asia tropical, donde es un enorme árbol que da sombra con largas raíces aéreas que cuelgan hacia abajo. En las selvas tropicales, una capa de cera protege las hojas de la desecación provocada por el sol. Las plantas jóvenes tienen que conformarse con la escasa luz que llega al suelo. Por eso, incluso las plantas de interior necesitan menos luz. Todas las especies de ficus de hoja pequeña son adecuadas para bonsái, ya que forman rápidamente un tronco fuerte con ramas suavemente ramificadas y hojas perennes. El tamaño de las hojas los hace adecuados para bonsáis medianos y grandes. Toleran muy bien el aire seco y caliente, por lo que son las mejores plantas para bonsáis de interior. SITUACIÓN: Al igual que otras plantas, los ficus necesitan mucha luz para que crezcan nuevas hojas pequeñas. De las plantas utilizadas para bonsáis de interior, los ficus son las que menos luz necesitan. Por lo tanto, pueden ser las más alejadas de una ventana. Requieren temperaturas superiores a 15oC en invierno y pueden tolerar bien el aire seco y cálido con un riego adecuado. Les gustan las raíces secas y calientes, y les molestan las corrientes de aire frío procedentes de la ventilación prolongada y las ventanas con goteras en el alféizar, que pueden hacer que la maceta y la tierra se enfríen en invierno. RIEGO: riegue generosamente sólo después de que la tierra se haya secado con agua blanda. Los ficus reaccionan con clorosis a altas tasas de cal. El agua no debe permanecer en el platillo más de 1 hora. El riego con agua tibia a 40oC (temperatura del agua de baño) actúa como estimulante del crecimiento. La frecuencia y la cantidad de riego dependen, entre otras cosas, de la especie de ficus. ABONO: todo el año, cada dos semanas con abono líquido. TIPPING: cada dos años en primavera, al mismo tiempo cortar las raíces SUELO: sustrato para bonsái AGRO CS, tierra aireada y nutritiva o tierra franca, turba y arena en una proporción de 1 : 2 : 2. RECORTE: para mantener el tamaño de la copa, cortar el ficus 3 hojas más profundo que el contorno final de la copa. Para que esta intervención sea menos visible, pode con más frecuencia y con menos ramas. Si no quiere perder un brote, deje un trozo de rama detrás de la última hoja. Evite que salga la savia rociando con agua fría. Retire las hojas grandes en invierno. Una copa demasiado crecida puede podarse en verano recortando radicalmente el follaje. TRATAMIENTO: podemos alambrar en cualquier momento, pero sólo durante 3 meses. El alambre debe retirarse a tiempo, ya que las ramas y el tronco engrosan rápidamente.